Las dos criaturas, el nuevo trabajo literario del matancero Ricardo Cardone

por El 1 Digital
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El autor de Ramos Mejía lanzó su séptima obra, en la que se despliegan diferentes condimentos que atraen al lector.

Varios cuentos de ficción con personajes atractivos e historias increíbles son los componentes del nuevo libro del autor ramense Ricardo Cardone: Las dos criaturas. En dicha obra, el autor despliega un mecanismo literario que genera incertidumbre, porque todas las certezas parecen temblar al adentrarse en los textos fantásticos.

En comunicación con El1, el escritor señaló: “Es una compilación de cuentos donde el tópico central es la dualidad entre las personas. Generalmente, hay dos criaturas, dos roles, dos personas y, algunas veces, una persona con su alter ego, así, radica en ese ambiente y en ese conflicto que hacen dos personas distintas”.

El autor contó que la gran mayoría de los escritos que conforman su última obra fueron escritos durante el aislamiento por la pandemia de COVID-19. “He escrito muchos cuentos, los he editado hasta quedar conforme con ellos, algunos textos datan de hace 15 años. Así, hay una gran variedad de épocas de mi escritura, donde la fui moldeando para darle una integridad”, sostuvo.

En relación a la portada, Cardone confesó que es una fotografía de su autoría que tomó hace algunos años en el barrio porteño San Telmo. “Esas puertas me encantaron y les tomé una foto con mi celular. Soy un aficionado a la fotografía y cuando me gusta algún objeto no dudo en tomar una imagen. En este caso, las puertas estaban lustradas, muy bien cuidadas y las paredes maltratadas, entonces, me pareció interesante el contraste”, relató.

Por otra parte, comentó que dicha imagen le recordó uno de los pasajes del cuento El vuelo del elefante. “El protagonista tiene que elegir entre dos puertas para entrar a una determinada situación, hay alguien que le dice que elija la puerta y, a partir de ese momento, se le abre un mundo de posibilidades”, explicó.

Cardone aseguró que para adquirir su libro, los interesados pueden acceder a ricardocardone.com . “Allí se encuentran todos los ejemplares y pueden leer en línea, están en PDF y comprar la versión impresa”, detalló.

Otros títulos de Ricardo Cardone

  • La noche por la que muere el día, poesía (2017).
  • La noche en el espejo, cuento (2018).
  • De enero a junio, poesía (2019).
  • De julio a Iván Reyes, cuento (2020).
  • Cielo de invierno, novela (2021).
  • La Rabia, novela (2022).

Ir a la fuente │ 25-03-2024

Ricardo Cardone: "El tiempo forma parte de una irrealidad"

por Susana Gil
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¿Por qué escribe?

Escribo por necesidad. Esta necesidad no tiene un origen económico ni busca una pertenencia social. Tampoco pretende hacer justicia ni denunciar verdades. Solamente escribo porque siento que la imaginación, en ciertos momentos, amenaza con hacerme estallar la cabeza. Es una necesidad de alivio y de liberar esa presión.

 

¿Su infancia estuvo ligada a los libros?

En parte sí. Mis primeros libros fueron aquellos que me sumergieron en aventuras, en odiseas, en relatos imposibles. Creo que ése fue el ingrediente más importante para que terminara aferrándome a la ficción. Al leer un libro uno entra en una nueva realidad, ficticia, pero realidad al fin aunque parezca una contradicción. Lo que sucede en nuestras mentes es real en nuestras mentes aunque los demás no lo perciban. Esas historias que uno leyó en la infancia son difíciles de olvidar.

 

¿Prefiere escribir y/o leer algún género en particular? ¿Por qué?

Me siento más cómodo con la narrativa. Pero no hay un género que no me interese leer. Leo poesía y dramaturgia también, aunque encuentro en la narrativa, sobre todo en la novela, una inusual capacidad de abarcar a los demás géneros, cosa que no sucede habitualmente en la poesía ni en la dramaturgia. Por lo menos no sucede con la belleza necesaria. Cuando la narrativa contiene un agregado poético encuentro más de esa belleza.

 

¿Cómo encara la escritura de sus historias?

Escribiendo. No tengo historia hasta que no me siento frente a una página en blanco. Solamente tengo ideas vagas que me atormentan, imágenes mudas que no paran de crecer, por eso decido ponerlas en palabras. En cuanto comienzo a escribir me basta con tirar del hilo de las palabras para que la historia tome forma. Nunca sé lo que va a pasar en mis novelas ni en mis cuentos pero estoy seguro de que si sigo escribiéndolos voy a llegar a una trama y a un final que me sorprendan.

 

Observamos que en sus textos incluye la cuestión del tiempo, ¿cómo define usted al tiempo?

El tiempo forma parte de una irrealidad. Y nosotros también somos parte de esa irrealidad. Digo irrealidad si entendemos a lo real como lo habitual o posible. Pero el tiempo es misterioso. Algunas veces es un gran elefante sin oídos que se desplaza a paso lento pero firme sobre una tierra plana y nos arrastra hacia un precipicio fatal. Otras veces es como agua que se escurre entre los dedos, nos abandona. Sin embargo siempre estamos a merced de él, no lo podemos gobernar. Eso es lo que me resulta fantástico del tiempo. Su capacidad de ser imprevisible.

 

¿Existen otros temas a los que usted incluye en sus obras recurrentemente?

La filosofía me interesa mucho. Creo que mi escritura tiene bastante contenido filosófico. Estoy lleno de preguntas con muy pocas respuestas. Leyendo filosofía no me siento tan solo en mi ignorancia acerca del universo humano. Si no incluyo en mis novelas algún planteo filosófico no me quedo tranquilo. No conozco la resolución de esos planteos, pero al menos no se quedan dentro de mí molestándome indefinidamente.

 

¿Reconoce en su escritura la influencia de algún escritor en particular?

Sí, sobre todo la influencia de autores argentinos. Borges podría decir que influye mucho en lo que escribo, pero también puedo nombrar a Cortázar, Saer, Bioy Casares y no muchos más. No soy un gran lector de toda la literatura argentina, pero lo que yo considero bueno lo releo varias veces. Siempre recurro a Borges como si fuera mi maestro y siempre encuentro algo nuevo en sus textos. Leer lo que sea que haya escrito, tanto narrativa como poesía, se convierte en una referencia para saber en qué lugar literario me encuentro.

 

¿Qué necesita para escribir?

Tiempo, nada más. Las ideas ya están en mi cabeza, solamente las tengo que poner en palabras para que nazca una historia. Generalmente escribo de noche o de madrugada, es el momento en el que el tiempo se detiene para mí.

 

¿Qué opina de la literatura de la actualidad?

Me gusta muy poco. Me cuesta encontrar ficción y poesía. Hay mucha realidad y cotidianeidad en lo que se escribe actualmente. Encuentro a la temática demasiado actual, con un lenguaje que no brilla debido a su planicie, un lenguaje que no se despega de la tierra, vago. Algunas veces me parece estar leyendo un periódico y no una obra de arte, como debería ser cualquier libro que pretenda formar parte de la literatura. Creo que hay una gran falta de imaginación y que va a ser muy difícil recuperarla. No sólo en la literatura sino en el arte en general.

 

¿Cree que la tecnología le quita espacio a la escritura?

Creo que no. La tecnología es una herramienta y es cuestión de saber usarla. Supongo que cuando se inventó la máquina de escribir también se pudo haber creído que aquella herramienta obstruiría la libre escritura que ofrecía la mano con la pluma sobre el papel, pero ya sabemos que no fue así. Sin embargo creo que demasiada tecnología nos condiciona, especialmente con las herramientas de ayuda que nos ofrecen los distintos programas de escritura. Nos obligan a escribir de una determinada manera que muchas veces no es la más adecuada para un escritor. En este mismo momento estoy leyendo lo que aún sigo escribiendo y muchas palabras están subrayadas con una línea azul que me dice que lo que escribí no está bien, que tiene algún problema de sintaxis, que falta una coma. Pero no es así, no falta ninguna coma. Lo que termina ocurriendo es que por hacerle caso a un sistema automático de corrección terminamos escribiendo mal.

Ir a la fuente │ 05-03-2024

Las dos criaturas, de Ricardo Cardone

por Daniel Ruiz Rubini
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Xavier se muda a un departamento que le costó no pocos sacrificios y expectativas. ¿Qué puede suceder cuando un hombre cree concretar sus sueños y se dispone a disfrutarlos? Puede ocurrir —por ejemplo— que su historia se intercale con otras historias, y que ese abanico narrativo interpele al lector, que ponga en crisis su concepción del mundo, de los espacios, de la linealidad del tiempo, de los límites entre los sueños y la realidad, entre la ficción que atraviesa lo cotidiano y la cotidianeidad que atraviesa lo ficticio.
 
En Las dos criaturas (recientemente publicado por Ediciones Ruines Circulares), Ricardo Cardone despliega un mecanismo literario que nos genera incertidumbre, porque todas las certezas que nos sostienen parecen temblar al adentrarnos en su nuevo libro.
 
En Las dos criaturas acontece lo inesperado: episodios momentos o sensaciones que jaquean al lector, que lo ponen en riesgo y lo cuestionan. Porque el mundo es mucho más de lo que percibimos, que hay hechos que no tienen una explicación lógica, ni basta la razón para entender el mundo.
 
El autor ya nos tiene acostumbrados a un sólido manejo de las técnicas del decir literario. El narrador y el poeta convergen en él. Debido a eso hay tanta precisión en la elección y en la combinación de las palabras. Cardone logra imágenes de una profundidad y una belleza tales que parecen alejarlo de la narrativa convencional para acercarlo a la prosa lírica. Ricardo relata embelleciendo el idioma, opinando, cuestionando, argumentando, rememorando a Cortázar y sus rayuelas, homenajeando, conmoviendo, emocionando con un primer barrilete, o con Penélopes que esperan inútilmente que sus Ulises vuelvan de unas islas jamás reconquistadas.
 
Siempre es un placer leer a Ricardo Cardone. Un placer estético. Necesario.

Ir a la fuente │ 01-03-2024

La rabia, de Ricardo Cardone

por Daniel Ruiz Rubini
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Cortázar decía: "Cuando yo abro un libro lo abro como puedo abrir un paquete de chocolate, o entrar en el cine, o llegar por primera vez a la cama de una mujer que deseo; es decir, es una sensación de esperanza, de felicidad anticipada, de que todo va ser bello, de que todo va ser hermoso”.
 
Y esto es lo que se siente al abrir un libro de Ricardo Cardone: el placer anticipado de saber que uno va a encontrarse con un texto firme, sólido, con fragmentos poéticamente hermosos y un relato original y cuestionador de nuestro concepto de la realidad.
 
En la vieja Inglaterra la rabia enfrenta a perros y hombres. El que era el mejor amigo del hombre se convierte en su peor enemigo; y el perro, que sentía al ser humano como su dador y protector, empieza a verlo como una amenaza. La rabia consigue que la historia de un amor trunco pueda suceder de distintas formas, proponiendo un realidad que se abre a distintas planos y miradas. La rabia permite que un médico desarrolle tratamientos aberrantes y que oculte sus más profundas ambiciones. La rabia consigue que una pantera se convierta en metáfora y en símbolo.
 
La rabia, de Ricardo Cardone, un libro inquietante y exquisito como un paquete de chocolate o como ver una buena película que combina lo amoroso, con lo surrealista y con la ciencia ficción.

Ir a la fuente │ 10-06-2023

Cielo de invierno, de Ricardo Cardone

por Daniel Ruiz Rubini
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“Todo es pasado que vuelve para morder las heridas. La memoria calla lo que alma ampara. Ningún cuerpo resiste aquel asalto, la pérdida que hostiga, el sueño sofocado. Cada acto del hombre alimenta un pasado amenazante”.
Ricardo Cardone
 
Leer la novela Cielo de invierno es como recibir una invitación a un viaje. El viaje que emprende Román hacia Neuquén, hacia donde lleva una mudanza. Un viaje que atraviesa la pampa, el desierto y las montañas patagónicas. Un viaje con peligros y resabios, con promesas y pequeñas recompensas.
 
Todo aparenta ser casi rutinario para Román quien, por su oficio de camionero , está acostumbrado a las rutas y a sus desconciertos. Pero lo que parece un viaje más se va convirtiendo en un camino que parece no ir hacia adelante, un camino que puede medirse más allá de las distancias y los recorridos, un camino como un misterio con personajes dispares y leyendas que se corporizan, un camino como el ladrido feroz de un perro asesino o como el juego cariñoso de un perro blanco, un camino como la voz de Atahualpa Yupanqui (“Yo siempre fui un adiós, un brazo en alto”).
 
Si el hombre es un adiós, es porque siempre se va despidiendo de todo y de sí mismo, un adiós que va recorriendo caminos en el que los tiempos se superponen, establecen paralelismos, se distorsionan, se transfiguran y se reencuentran en mojones donde la nieve se conjuga con la lluvia, con la muerte y con el viento
 
Y entonces ni el tiempo ni las distancias son tan lineales como pensábamos. Por eso, los planteos fantásticos de Stevenson (uno de los escritores preferidos de Borges), de Bioy Casares y del propio Borges se conjugan en este viaje que -como Susana Gil dice en el prólogo de su novela- “es tiempo, es luz, es sombra, es sueño, es duda.” Es esa duda, esa extrañeza, lo que hace trastabillar nuestro sentido más ortodoxo de un tiempo lineal, para hacernos desconfiar frente a la posibilidad de un tiempo con múltiples facetas, en el que son posibles los imposibles encuentros y las más disímiles concordancias.
 
En cada página de ese viaje, Ricardo Cardone demuestra que es un gran narrador, que puede relatar de una manera casi cinematográfica, a través de un narrador casi omnisciente que es como el ojo de una cámara que muestra lo que hay que mostrar y oculta lo que hay que esconder para mantener la tensión narrativa y el interés del lector. Por eso uno sale de la novela lleno de imágenes, de ambientaciones, de lugares, de personajes, de música… Uno sale con ganas de escuchar jazz o detenerse en las creaciones de Atahualpa Yupanqui. Uno sale interpelado, cuestionado, como se sale de una trampa o de un interrogante que no nos deja ilesos.
 
Cielo de invierno (Ediciones Ruinas Circulares, 2021) es una invitación a recorrer los subterfugios del tiempo y a poner en juego nuestras convicciones.

Ir a la fuente │ 18-03-2022

La noche en el espejo, de Ricardo Cardone

por Daniel Ruiz Rubini
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Un hombre escribe con la noche en un espejo. Tiembla de extrañeza o sostiene certidumbres que lo hacen trastabillar. Son sueños. Son pesadillas. Son elementos asociados con lo fantástico, que irrumpen para proponer historias. Son relatos que a veces funcionan como una amenaza y otras como una promesa. Es la voz de Borges que susurra detrás algunas de las historias y permite descubrir redes de intertextualidad y la admiración de Cardone hacia el autor de “El Aleph”. Es una admiración que se hace palabra y homenaje. Es la construcción de un posible narrador que relata con certezas, que ordena la lectura, que puede ser protagonista o testigo. Un narrador concebido desde una estética que jaquea al lector, que lo interroga, que le hace sentir que el mundo es mucho más de lo que se percibe, que hay hechos que no tienen una explicación lógica, que no existe lo definitivo.
 
Ricardo Cardone conoce muy bien las estrategias narrativas. Hay años de lectura, trabajo y taller en esa voz que nos habla de la condena, de la cartomancia, de la venganza, de la eternidad. En esa voz que reescribe historias como la de David y Goliat, esa voz que se refiere a los miedos, a la ciudad, a abordar el tema del desierto (tan latente en nuestra literatura nacional).
 
Con un manejo impecable del idioma, en algunos casos juega con la sonoridad del lenguaje y este adquiere una resonancia casi poética, tal vez porque nos traslada a la poesía de este autor y a su capacidad de generar juegos de palabras, aliteraciones, palíndromos… Estos mismos recursos aparecen en los dos poemarios de Cardone que he leído (De enero a junio y La noche por la que muere el día) y le otorgan a un cuento una mayor originalidad, un valor lúdico que compromete al destinatario. Ricardo Cardone sabe que las palabras no solamente valen por lo que significan sino por su imagen acústica, que todo significante puede establecer encadenamientos y juegos capaces de hacer que el relato sea más rico para el lector, al que se hace parte de ese texto.
 
Ls noche en el espejo (Ediciones Ruinas Circulares, 2018) incluye diez relatos impecables, recomendables, que producen ese desasosiego que -según Antonio Tabucchi- siempre debe provocar el arte.
 

Ir a la fuente │ 27-02-2022

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